SENDA DE LA CASCADA DEL NONAYA
Cascada del Nonaya |
Comenzamos esta sencilla pero espectacular senda en la villa de Salas, concretamente en las proximidades del parque municipal Carmen Zuleta.
En las inmediaciones de este parque estacionamos el vehículo, puesto que se trata de la primera entrada a la población, desde la N-634. También es posible continuar un poco más por la carretera mencionada para entrar por la avenida del Pontón, donde tampoco tendremos dificultad en encontrar aparcamiento.
Puerta de entrada parque |
Avanzamos en dirección al casco histórico de la villa por la calle principal, tal y como indica la señal situada en las proximidades del parque.
De igual manera, observamos otras señales que nos indican la dirección a tomar si lo que queremos es ir a la Iglesia y el Texo de San Martín, así como hacia la senda y el mirador del Viso. Estas dos visitas las realizaremos una vez terminada la ruta, puesto que realmente merecen la pena.
Indicaciones |
Avanzamos por la calle principal para localizar el punto de comienzo de la senda, no sin antes detenernos ante la tienda de los Carajitos del Profesor. Este afamado establecimiento fue fundado por el profesor de música conocido como Pepín el Profesor, en 1918. Actualmente, son la cuarta generación la que nos ofrece los deliciosos dulces de avellana conocidos con el mismo nombre de Carajitos del Profesor. Tras hacer acopio de los mismos y de haber dejado constancia de nuestra presencia en el libro de visitas, la calle nos lleva hacia la colegiata.
Libro de visitas |
Entrada principal |
La Colegiata de Santa María la Mayor fue mandada edificar por el político, inquisidor general, arzobispo de Sevilla, y fundador de la Universidad de Oviedo, Don Fernando Valdés-Salas. Las primeras obras finalizan mediado el siglo XVI siendo de estilo gótico, con elementos renacentistas. Dada su importancia histórica, arquitectónica y artística ha sido declarada Monumento Nacional.
Continuamos hasta la Plaza de la Iglesia, desde donde observamos la fachada oeste, con el pórtico que sirve de base a la torre.
Fachada oeste |
El edificio se encontraba cerrado, con lo que no fue posible visitar su interior. Esto constituyó un contratiempo ya que posee elementos muy interesantes como el mausoleo de alabastro del arzobispo Valdés, el sepulcro de los padres del mismo, el retablo mayor (realizado por el taller de Toro en el siglo XVII), y el retablo barroco de la capilla de los Malleza (siglo XVII).
A nuestra derecha, según avanzamos por esta misma Plaza de la Iglesia, pasamos junto al señorial edificio de piedra del ayuntamiento.
Así mismo, también podemos observar el Palacio Valdés Salas y el Torreón Medieval, de igual manera que el puente que los une, por debajo del cual continúa nuestro camino.
Palacio y torre |
El Palacio de Valdés Salas, también con categoría de Monumento Nacional, fue edificado en el siglo XVI, se trata de un sobrio edificio, ejemplo de la arquitectura civil de la época. Posee un patio porticado interior así como una capilla adosada. Es la sede de la Fundación Valdés-Salas y del Aula de Extensión Universitaria Valdés-Salas. Así mismo, en su interior se encuentra la Oficina de Turismo y un Hotel-Restaurante. Tampoco nos fue posible visitar su interior al encontrarse cerrado, imaginamos que por ser domingo
En cuanto a la Torre Medieval, también Monumento Nacional, su construcción data del siglo XIV. Consta de tres plantas y un sótano donde se encontraban las mazmorras. En su fachada se observan saeteras, un matacán y una azotea almenada.
En este conjunto, se sitúa el Museo Prerrománico de San Martín, en el cual se conservan las piezas originales de la iglesia prerrománica de San Martín que visitaremos posteriormente.
Ambos edificios se comunican por un puente en forma de arco, en el que destaca el escudo de la familia Valdés Salas.
Con este magnífico casco histórico, no es de extrañar que la villa de Salas haya sido declarada Bien de Interés Cultural, puesto que además de estos cuatro Monumentos Nacionales brevemente descritos, existe un cuarto, la iglesia prerrománica de San Martín.
Continuamos nuestro recorrido pasando por debajo del arco, lo que nos conduce a la Plaza de la Campa, lugar en el que se encuentra el panel de inicio de la ruta.
Panel ruta |
Avanzamos a través de la calle de La Campa, para, en breve, girar ligeramente a la derecha hacia la calle Ondinas. Esta calle nos sacará de la villa, y nos dirigirá hacia nuestra ruta.
Observamos las flechas amarillas pintadas en la escalera y una placa con la concha del Camino de Santiago en la fachada de la casa, puesto que la senda de la cascada del Nonaya es parte del Camino Primitivo de Santiago.
Calle Ondinas |
Caminamos un corto trecho por esta calle asfaltada, mientras observamos algún elemento interesante como este singular hórreo.
Avanzamos, y en breve, el asfalto se convierte en camino. Como hemos comentado anteriormente, esta ruta coincide con un tramo del Camino Primitivo de Santiago, concretamente la etapa Salas-Tineo, por lo que serán numerosos los peregrinos que nos encontraremos, así como alguna señal del camino.
Inicio senda |
Al poco de iniciar la senda, nos detenemos ante la Fuente de Paín. Observamos que está construida en piedra, tanto la placa de la que sale el caño, como la pila. Ha sido restaurada en 2004, tal y como leemos en el cartel.
Fuente de Paín |
El sendero discurre entre un frondoso bosque de ribera a la vera del río Nonaya, pasando junto a los cargaderos de una antigua mina de caolín y un curtidero de pieles, ambos abandonados. Desde la plaza de la Campa, lugar de inicio de la ruta propiamente dicha, llevaremos aproximadamente un kilómetro recorrido.
Cargaderos caolín |
En este tramo inicial de la senda que discurre al lado del río, vemos algunos elementos interesantes como este curioso "puente" de madera.
Puente madera |
Poco a poco, la senda va ascendiendo sobre el río y despejándose de vegetación, para dejar paso a una hermosa vista del valle y de la ladera de la montaña.
Valle y ladera |
Poco después, el camino se introduce de nuevo en una zona boscosa de gran belleza.
Zona boscosa |
En nuestro recorrido, nos detenemos varias veces a contemplar y maravillarnos de las distintas clases de setas que se dejan ver entre el musgo y las piedras.
Setas |
Proseguimos nuestro camino y, tras haber recorrido algo más de dos kilómetros desde el inicio de la senda, cruzamos el Puente de Borra, el primero de los puentes de piedra que nos encontraremos. En el cartel que indica su nombre, leemos que fue construido entre los siglos XVII-XVIII.
Puente de Borra |
Nos apartamos un poco del camino para observar el arco, y comprobamos que se trata de un sólido puente con su magnífico arco de medio punto y su gran profundidad. Este puente nos conduce hacia la sierra de Bodenaya, lugar de nacimiento del río Nonaya.
Arco puente de Borra |
Nuevamente, el sendero se despeja durante otro pequeño tramo, y nos permite contemplar un gran bosque en el que predominan los castaños. Además del omnipresente eucalipto, también vemos algún serbal así como distintas especies de coníferas.
Bosque |
Poco antes del segundo puente de la ruta, el puente del Carcabón, aparece la señal que indica el desvío hacia la cascada. Tomaremos este corto camino descendente que, por otra parte, nos saca del Camino Primitivo de Santiago y nos conduce hacia la cascada.
Desvío hacia la cascada |
En este pequeño tramo, de unos 250 metros, observamos el gran arco de piedra caliza de este imponente puente, que al igual que el puente de Borrás, data de los siglos XVII-XVIII
Puente del Carcabón |
Unos pocos metros más de corto descenso, tras lo cual ya es posible contemplar la cascada del Nonaya. En este punto, confluyen los arroyos de Bouza, que forma la cascada y el de Porciles. Ambos juntarán sus aguas dando lugar al Nonaya.
Cascada |
Aunque no sea una cascada demasiado alta, nos impresiona el ruido, así como el frescor y transparencia de sus aguas. Por otra parte, no nos pasa desapercibido el contraste de los diferentes colores que los distintos tipos de roca aportan a la húmeda pared por la que se desliza el agua.
Cascada |
Permanecemos varios minutos en este maravilloso enclave para no perder detalle. Observamos el arroyo de Porciles a nuestra izquierda, cuyo cauce vemos adornado con numerosos troncos caídos que lo atraviesan.
Arrollo Porciles |
Lo único que desmerece en este pintoresco lugar, es este puente de hormigón cauce abajo.
Puente |
Imaginando que dicho puente sea de piedra, damos por concluida la visita a la cascada del Nonaya, destino de nuestra ruta, y emprendemos el camino de vuelta a la villa de Salas recorriendo el mismo sendero.
Entrada Salas |
Se trata de una ruta muy asequible que discurre durante aproximadamente 6 kilómetros (ida y vuelta) en suave pendiente ascendente en el tramo de ida y descendente en el de vuelta.
PERFIL DE LA RUTA
Perfil de la ruta |
Aunque no tiene pérdida, el track se puede descargar de la página institucional de Turismo Asturias
"Fin de la ruta, fin del esfuerzo, con mucha asturianía, que con orgullo ejerzo"
by el Chiruco 👦