Ruta del Azabache

En esta ruta, catalogada como la PR.AS-199, recorreremos el tramo oficial que tiene su punto de inicio en Tazones y su punto final en la mina del azabache, más otro tramo que añadiremos para convertirla en circular.

Tazones, es por tanto, nuestro punto de inicio y final de esta senda, la cual nos permitirá visitar diversos lugares de interés. Empezamos en este bonito pueblo, para avanzar en la ruta lo que nos permitirá visitar la iglesia de San Félix de Oles, y ya en su parte final la mina de donde se extraía el azabache. El camino discurre entre  praderías, en algunos trechos rodeado de densa vegetación, en determinados tramos cercano al mar, mientras que en otros transita más alejado de la costa.

Mientras nos encaminamos hacia el punto de inicio de la ruta, vamos observando todo lo que Tazones nos muestra. En primer lugar, nos detenemos ante el molino de Kiko, sobre el arroyo de Los Lindones, cercano al amplio aparcamiento y cuyo tejado ha sido restaurado recientemente.

Molino de Kiko

Nos adentramos en el pueblo pasando junto a la iglesia de San Miguel, en el barrio de San Miguel, que data del año 1950.

Iglesia de San Miguel

Nos dirigimos hacia la plaza del Riveru, ya en el barrio de San Roque, en donde un panel explicativo nos proporciona amplia información sobre este importante lugar del pueblo. En esta plaza se depositaban las ballenas para su despiece, y también tenía lugar el varado de las embarcaciones y la distribución de la pesca. Actualmente se puede ver un cabestrante que junto con las "palanques" servía para sacar las embarcaciones del agua, ("sabordar"), y echarlas al agua ("botar").

Plaza del Riveru

Continuamos, dejando a un lado la célebre casa de las conchas, en cuyas proximidades vemos la primera señal de la ruta.

Casa de las conchas e indicador de ruta

No podemos obviar este panel de madera que nos sale al paso y en el que se representa una escena costumbrista, la de las mujeres que en tiempos pasados se dedicaban a la venta del pescado. Bajo el título "A elles", esta representación constituye un justo y merecido homenaje a las mujeres de este pueblo marinero, que ejercían su oficio en las duras condiciones de aquella época.

Panel homenaje mujeres

Mientras que las calles del pueblo se van empinando cada vez más, pasamos al lado de dos bonitos hórreos de estilo Villaviciosa. Algunos hórreos de esta tipología se caracterizan por poseer tallas en la madera de los liños principalmente, a imitación del estilo románico. En la fotografía observamos un arquillo tallado sobre la puerta.

Hórreos

Para compensar el esfuerzo, la subida nos regala unas magníficas vistas de Tazones.

Vistas Tazones

Este recorrido ascendente se desarrolla entre tramos de escaleras y caminos empedrados hasta llegar al Faro de Tazones. En el faro de Tazones o faro de Villaviciosa, que data de 1864, nos fijamos en la gran vidriera de su torre.

Camino ascendente y faro de Tazones

A partir de este punto, el sendero discurre por la rasa costera, constituida por amplias praderías para, a continuación, atravesar una atractiva zona en la que el camino se rodea de densa vegetación. En determinadas ocasiones, es posible entrever el mar entre la arboleda dado que, en este tramo, la ruta transcurre relativamente cerca de la costa.

Sendero

El camino nos conduce hacia la punta del Olivo, en cuyas proximidades un estratégico banco de madera que, a modo de mirador, nos permite hacer una parada para admirar la bella postal que conforman el mar Cantábrico y sus acantilados.

Sendero hacia la punta del Olivo

Mirador

Continuamos avanzando por el sendero, el cual nos ofrece desde este lugar una amplia panorámica en la que es posible avistar la ciudad de Gijón.

Panorámica

A partir de aquí el camino se va alejando poco a poco de la costa para, de nuevo, transcurrir entre praderías. La imagen un tanto curiosa de este arco vegetal nos hace detenernos para contemplarlo.

Arco en el camino

Proseguimos nuestra ruta desde la que ya podemos ver la iglesia de San Félix de Oles, y hacia la cual nos conduce el camino.

Iglesia de San Félix de Oles desde el camino

Esta iglesia data del siglo XIII y pertenece al estilo románico rural. Observamos que se complementa con un pórtico y una espadaña, que fueron añadidos posteriormente. A esta iglesia se encuentra adosado el cementerio. Junto a la misma, un monolito deja constancia del esfuerzo de los vecinos de Oles en la restauración de esta edificación religiosa.

Iglesia y monolito

Tras la visita a esta iglesia, continuamos el camino para dirigirnos hacia el siguiente punto importante del recorrido de hoy, la mina del azabache, objetivo principal de esta ruta. Para ello nos desviamos del camino principal siguiendo las indicaciones.

Una vez en el emplazamiento en el que se encuentra la mina, lo primero que observamos es un área recreativa tomada por la hierba y los helechos, y a la izquierda según bajamos por el sendero, la bocamina aludida.

Área recreativa

Bocamina

Es muy recomendable detenerse ante el panel explicativo que se encuentra ubicado en este lugar, ya que nos proporciona muchos datos interesantes, entre los cuales destacamos los siguientes:

• El azabache es originario del periodo jurásico y se formó a partir de la madera de determinadas especies vegetales de coníferas.

• De esta zona de Les Mariñes de Villaviciosa, se extrajo durante siglos este material, caracterizado por su alta calidad.

• En la actualidad, la extracción del azabache ofrece grandes dificultades, lo que ha llevado a que esta actividad esté a punto de extinguirse. Esta es la razón por la que muchas de las piezas elaboradas en la actualidad proceden de restos de azabache desechados en el pasado y abandonados en las escombreras.

El entorno de esta antigua mina de azabache es realmente espectacular. Un riachuelo que discurre en las inmediaciones nos permite admirar un antiguo y coqueto puente de piedra, así como los restos de un viejo molino. Para contemplar estas singulares construcciones, nos adentramos unos metros por el sendero que discurre paralelo al arroyo.

Puente de piedra

Atravesamos este pequeño puente para llegar hasta las ruinas del viejo molino. Las húmedas y vetustas piedras, casi ocultas por el musgo y la vegetación, hace que permanezcamos durante varios minutos totalmente cautivados ante esta arcaica estructura. 

Ruinas molino

No abandonamos este enclave, sin mostrar esta prímula de bellos colores que surge entre la espesa hierba. Durante todo el trayecto hemos venido observando las numerosas especies de flores que adornan los prados y  bordes de caminos en esta atípica, por poco lluviosa, primavera. 

Prímula

La ruta oficial propiamente dicha finalizaría en este lugar, tal y como hemos comentado al comienzo de esta descripción. No obstante, nosotros optamos por regresar a Tazones siguiendo otro trayecto para hacer la ruta circular, una vez retomado el camino principal.

Es por ello que a partir de aquí no disponemos de señalización con lo que hay que estar atentos para tomar la dirección correcta. Así pues, en el siguiente cruce que nos encontramos y que se muestra en la imagen, deberemos de girar a la izquierda.

Cruce sin indicación de ruta

Continuamos caminando, y a la vez observando elementos característicos de esta zona, como es el caso de estas murias en las que se alternan piedras pequeñas con piedras más grandes, las cuales aparecen colocadas cada cierto intervalo en posición vertical. Esta disposición nos llamó la atención al haberla visto sólo en esta zona de Asturias aunque probablemente también exista en algún otro lugar que desconozcamos. 

Murias

Avanzamos en nuestro recorrido mientras observamos maravillosas vistas de la costa.

Vistas

Un poco más adelante, ya próximos al punto final de nuestra ruta, llegamos a otro cruce en el que deberemos de girar a la derecha para tomar una carretera descendente, que será el tramo final y que nos llevará hasta Tazones.


Para finalizar este post, señalar que esta ruta, de aproximadamente 10 kms., transita por caminos en buenas condiciones. No está exenta de algún tramo en fuerte pendiente, el primero al comienzo de la ruta, y otro a la altura de la punta del Olivo, no obstante, se trata de trechos cortos y haciéndolos con tranquilidad no son tremendamente dificultosos. La señalización es buena aunque si optamos por hacer la ruta circular hay que estar atentos al tramo final para tomar la dirección correcta.